las mentiras que me cuentan,
las palabras y sus vueltas,
la razón no es siempre cuerda.
Hay cadenas que atan,
y cadenas que liberan.
Amores que esclavizan,
y esclavitudes que te elevan.
¿Nunca escuchaste el aullido
que nace de la desesperanza?
No hay grito más doloroso
que el grito que se calla.
Arrastro pesadas cadenas,
por querer librarme de ellas.
Hoy no le tengo,
solo arrastro sus cadenas.
Jamás un aullido fiero,
ni un grito ensordecedor
es más estremecedor
que el grito del silencio.
Grito enfermo,
grito frío,
grito muerto,
grito en silencio...
Dedicado a los que no entienden que estar
encadenado no es ser un esclavo,
y que ser libre es un castigo si se compara
a estar encadenado a la persona correcta.
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