Hace ya mucho tiempo me dijiste que no importaba la distancia que nos
separara, que bastaría con mirar al cielo, encontrar la estrella más
brillante y pensar en la otra. Porque sabríamos que estaría haciendo lo
mismo, que seguiríamos presentes la una en la otra.
Yo me acuerdo y lo
hago siempre que en mi cielo haya estrellas.
Espero que las nubes no
impidan que te acuerdes de mí.
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