martes, 12 de marzo de 2013

En vano

Entra en mi casa sin llamar a la puerta, como un ladrón buscando joyas en el cajón de los sujetadores.
Vaga por los pasillos dejando un rastro de olor a reminiscencias antiguas.
Abre la nevera, pasa por el baño y se mete en mi cama.
No lleva un pañuelo con cloroformo, pero sí uno impregnado de recuerdos. Recuerdos más melancólicos que mirar la lluvia por la ventana una tarde gris de otoño.
Que no hablo de violadores que invaden mi casa, sino de la nostalgia que invade mi mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario