Tengo la mente inquieta, la mirada perdida, y el corazón en reformas.
Tengo una distancia que a veces se hace demasiado grande, una maleta vacía, y otro fin de semana sin ti.
Tengo ganas de volar, el miedo grabado en la frente y una promesa de no olvidar.
Tengo guardado en un cajón todo lo que no dije, un calendario donde cuento los días sin ti, y un paraguas para días de lluvia.
Tengo un te necesito encerrado en mis labios y no lo dejo salir.
Un móvil que no suena, una historia que no acaba y otra que no sabe si empezar.
Tengo una sonrisa en la cabeza, unas claustrofóbicas ganas de besarte y un billete de autobús.
Tengo un punto y aparte, una nota a pie de página y un no sé como seguir.
Tengo la inspiración dormida, las manos vacías y buscándote a ti.
Tengo una canción que se repite, un poema que te nombra y la imposibilidad de no pensar.
Tengo un contrato donde dice que todo saldría bien, una denuncia por incumplimiento y un perdón por pronunciar.
Tengo un hueco entre los brazos y en un bolsillo cada abrazo que no di.
Tengo la sensación de no encontrar mi lugar, un camino sin salida y una vida por vivir.
Tengo mil preguntas en la mente, ningún libro de respuestas y la necesidad de escribir.
Tengo tu nombre en los labios, entre el beso que me diste y el que aún me tienes que dar.
Tengo un sueño que se repite, las esperanzas puestas en ti, y el deseo de volver cada noche a la misma cama.
Tengo un cuarto muy pequeño para tantas tonterías, un no saber dónde ir y un silencio que me ahoga.
Tengo ganas de llorar, otras veces de reír, y un libro de instrucciones que no dice cómo vivir.
Tengo una cuenta pendiente, una lista de mis fallos y otra de las veces que perdoné.
Tengo un trampolín del que saltar, los ojos vendados y el miedo a no saber qué habrá al final.
Tengo mil piedras en mi camino, las heridas que aún duelen y el saber que volveré a caer.
Tengo una caja de recuerdos, una vida a medio vivir, y una lista de cosas por hacer.
Tengo
gente que me quiere, una mano para contar a aquellos por quienes daría
cualquier cosa, y una herida por cada uno de los que me falló.
Tengo todo, o quizás no tengo nada.
Lo que voy encontrando, lo que ya dejé atrás, y lo que ahora mismo puedo llevar conmigo.
Lo que necesito, cosas que me sobran, y algunas que presté.
Por tener, tengo a alguien en la cabeza, un lugar al que volver, y las ganas de vivir.
lunes, 29 de abril de 2013
domingo, 28 de abril de 2013
Mi reino es para ti
Voy a deshacer la poesía,
a quitarle tu nombre, a despoetizar mis ganas.
Olvídalo, olvida que este invierno es más frío sin mí.
Olvida que yo quería saber lo que era libertad y tú me ataste a los hierros de la cama.
Olvida todas aquellas mentiras que nos gemimos.
Léeme ahora que ya no te escribo,
ahora que he hecho humo de mis ganas
y he dejado de ahogarme en la inspiración de tus días raros.
Ahora ya ves,
tengo los dedos llenos de todas esas palabras que mi boca no se atreve a decir.
Algo así como que la primavera se corre al verte.
Imagínate.
Ojalá salgas esta noche y te mojes mientras llueve
y que al menos algo logre calarte los huesos y vuelvas a sentir.
Como el día que nos besamos en aquella esquina
y ya sabes lo de mi mala costumbre de ir dejándome el corazón olvidado por ahí.
No sé, eres como el arte abstracto,
los demás dicen que fuiste un tiempo perdido,
unas ilusiones inútiles,
y yo, en todo este montón de heridas veo el caos más perfecto que me hizo sentir viva.
Pero yo tampoco sé mucho de todo esto.
Lo poco que sé del amor es que
duele más cuando el nombre de otra está entre tus versos que cuando está en tu cama.
Y qué quieres que te diga,
me follé a traición a la poesía a ver si los celos te mataban y volvías a versarme.
Y hoy nieva, y tú no vas a incendiar esta noche,
pero ya da igual,
ya sé cómo provocar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna.
Olvídalo, olvida que este invierno es más frío sin mí.
Olvida que yo quería saber lo que era libertad y tú me ataste a los hierros de la cama.
Olvida todas aquellas mentiras que nos gemimos.
Léeme ahora que ya no te escribo,
ahora que he hecho humo de mis ganas
y he dejado de ahogarme en la inspiración de tus días raros.
Ahora ya ves,
tengo los dedos llenos de todas esas palabras que mi boca no se atreve a decir.
Algo así como que la primavera se corre al verte.
Imagínate.
Ojalá salgas esta noche y te mojes mientras llueve
y que al menos algo logre calarte los huesos y vuelvas a sentir.
Como el día que nos besamos en aquella esquina
y ya sabes lo de mi mala costumbre de ir dejándome el corazón olvidado por ahí.
No sé, eres como el arte abstracto,
los demás dicen que fuiste un tiempo perdido,
unas ilusiones inútiles,
y yo, en todo este montón de heridas veo el caos más perfecto que me hizo sentir viva.
Pero yo tampoco sé mucho de todo esto.
Lo poco que sé del amor es que
duele más cuando el nombre de otra está entre tus versos que cuando está en tu cama.
Y qué quieres que te diga,
me follé a traición a la poesía a ver si los celos te mataban y volvías a versarme.
Y hoy nieva, y tú no vas a incendiar esta noche,
pero ya da igual,
ya sé cómo provocar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna.
viernes, 26 de abril de 2013
Sos terrible
Me debes un café, y una caña, y una cena, y un baile, y un orgasmo.
En el orden que prefieras.
Pero hazme un favor,
arráncame las bragas,
húndete en mí
y acaba a golpes con las malditas mariposas de mi estómago.
Hazme callar.
Abrígame la cara con las manos
y hazme callar.
No te asustes si tienen más peligro mis silencios que tus putas palabras,
que son mi amor, mi destrucción y mi muerte.
Deja que la bañera se llene de espuma
y que las velas se consuman lentamente
mientras la melodía de la música juega a su antojo con tu pelo.
No, no enciendas la luz,
que si se apagan las velas mejor nos quedamos a oscuras,
que se ve todo mucho mejor.
Deja que el agua cálida corra por tu cuerpo
y que la fría brisa acaricie tu espalda,
casi sumergidos bajo el agua,
llegando a la mejor exaltación que puedas experimentar.
[Esto es un sin sentido. Pero soy mucho mas que eso]
En el orden que prefieras.
Pero hazme un favor,
arráncame las bragas,
húndete en mí
y acaba a golpes con las malditas mariposas de mi estómago.
Hazme callar.
Abrígame la cara con las manos
y hazme callar.
No te asustes si tienen más peligro mis silencios que tus putas palabras,
que son mi amor, mi destrucción y mi muerte.
Deja que la bañera se llene de espuma
y que las velas se consuman lentamente
mientras la melodía de la música juega a su antojo con tu pelo.
No, no enciendas la luz,
que si se apagan las velas mejor nos quedamos a oscuras,
que se ve todo mucho mejor.
Deja que el agua cálida corra por tu cuerpo
y que la fría brisa acaricie tu espalda,
casi sumergidos bajo el agua,
llegando a la mejor exaltación que puedas experimentar.
[Esto es un sin sentido. Pero soy mucho mas que eso]
jueves, 25 de abril de 2013
Principio del fin
Creo que mi fin se acerca.
He mirado a la desesperación a los ojos.
He acariciado la piel del sufrimiento.
He convocado al crepúsculo con mi garganta,
¿y qué se alza ante mi?
Es la muerte.
Bueno, realmente a nadie le sorprende,
pero creo que en el fondo es algo necesario.
He mirado a la desesperación a los ojos.
He acariciado la piel del sufrimiento.
He convocado al crepúsculo con mi garganta,
¿y qué se alza ante mi?
Es la muerte.
Bueno, realmente a nadie le sorprende,
pero creo que en el fondo es algo necesario.
miércoles, 24 de abril de 2013
No me pienses, pero recuérdame
Haz que tu mente huya lejos de ti.
Cabalga sobre las mariposas de mi estómago,
sobre las lágrimas de mi deseo.
Bebe de la botella de vodka que tengo guardada entre las piernas,
que si te emborrachas, esta noche yo te protejo.
No pienses.
Escribe sobre las líneas de nuestros primeros silencios,
escucha los mis y los las de mi melodía sobre tu conciencia.
No pienses.
Derriba con dinamita invisible los puentes de tu vida,
que los pájaros de tu cabeza desplieguen las alas,
que yo esta noche estaré debajo para agarrarte cuando caigas.
No pienses, déjate caer.
De espaldas, para que no veas.
Confía en mi melodía como yo confié en el whisky al que sabía tu boca.
¡Déjate caer y deja de pensarme!
Si me piensas me pesas, y no puedo ser más pluma.
Que luego sin pluma no escribo, y si no escribo te borras.
Y si no escribo, no existes.
Pero esta noche sí.
Y mañana por la tarde piénsame,
que si te he visto no me acuerdo,
y si me piensas por la noche avísame,
que a esas horas siempre me pierdo,
y después de todo discúlpame,
aún creo que puedo sanar las heridas de tu mente,
[pero no me pienses]
y quizá luego te queden cicatrices que te recuerden siempre el golpe,
que te recuerden mis mis y mis las,
pero después de la noche te digo adiós,
y hazme un favor, tú a mi recuérdame,
pero no me pienses.
Cabalga sobre las mariposas de mi estómago,
sobre las lágrimas de mi deseo.
Bebe de la botella de vodka que tengo guardada entre las piernas,
que si te emborrachas, esta noche yo te protejo.
No pienses.
Escribe sobre las líneas de nuestros primeros silencios,
escucha los mis y los las de mi melodía sobre tu conciencia.
No pienses.
Derriba con dinamita invisible los puentes de tu vida,
que los pájaros de tu cabeza desplieguen las alas,
que yo esta noche estaré debajo para agarrarte cuando caigas.
No pienses, déjate caer.
De espaldas, para que no veas.
Confía en mi melodía como yo confié en el whisky al que sabía tu boca.
¡Déjate caer y deja de pensarme!
Si me piensas me pesas, y no puedo ser más pluma.
Que luego sin pluma no escribo, y si no escribo te borras.
Y si no escribo, no existes.
Pero esta noche sí.
Y mañana por la tarde piénsame,
que si te he visto no me acuerdo,
y si me piensas por la noche avísame,
que a esas horas siempre me pierdo,
y después de todo discúlpame,
aún creo que puedo sanar las heridas de tu mente,
[pero no me pienses]
y quizá luego te queden cicatrices que te recuerden siempre el golpe,
que te recuerden mis mis y mis las,
pero después de la noche te digo adiós,
y hazme un favor, tú a mi recuérdame,
pero no me pienses.
martes, 23 de abril de 2013
23/04
Un punto de inflexión en la vida sexual de la poesía,
que tiene eyaculación precoz al recitarse desde tu boca.
Feliz Día del Libro.
que tiene eyaculación precoz al recitarse desde tu boca.
Feliz Día del Libro.
viernes, 19 de abril de 2013
Punto de inflexión
Hoy no vengo a traeros poesía.
Hoy la cosa va a ser algo distinta.
No tengo nada preparado,
todo lo que diga va a ir saliendo de mi boca como si de suspiros se tratase.
Esto será como un punto de inflexión.
Creo que aún no me he presentado.
Me suelen llamar Loreley, aunque últimamente Lana está en mi orden del día.
Estoy camino de vivir ciento ochenta y ocho meses,
y soy púramente letrasada, como dirían mis amigos científicos.
Llevo dos años, próximamente tres, dando latín.
Cerca de ocho dando francés, y casi catorce dando inglés.
El año que viene sería mi primer año dando griego de no ser por el odio existente hacia las letras.
He elegido el camino de la filología clásica pero,
desde siempre y para siempre, las letras no se toman en serio.
La gente que está en la rama de ciencias nos trata como auténticos inútiles y vagos,
es una especie de racismo escrito.
Yo no atento contra los números,
y estoy cansada de que las personas de ciencias tengan verdadera aversión a las letras,
a sus asignaturas y a los que las cursamos.
Y esto es porque los de letras hemos estudiado matemáticas,
pero los de ciencias no han estudiado latín,
y no se puede despotricar contra algo que no se conoce.
Y no solo somos burlados por alumnos,
sino también por profesores. Y por los altos cargos de la política,
que no están de acuerdo en que se dé griego en nuestro instituto, y lo acabarán suprimiendo.
Sin letras no hay cultura,
y sin cultura, las mezclas de los químicos,
los puentes de los arquitectos o los avances de los médicos
NO SIRVEN.
Nos merecemos el mismo respeto que nosotros tenemos hacia ellos.
Hoy la cosa va a ser algo distinta.
No tengo nada preparado,
todo lo que diga va a ir saliendo de mi boca como si de suspiros se tratase.
Esto será como un punto de inflexión.
Creo que aún no me he presentado.
Me suelen llamar Loreley, aunque últimamente Lana está en mi orden del día.
Estoy camino de vivir ciento ochenta y ocho meses,
y soy púramente letrasada, como dirían mis amigos científicos.
Llevo dos años, próximamente tres, dando latín.
Cerca de ocho dando francés, y casi catorce dando inglés.
El año que viene sería mi primer año dando griego de no ser por el odio existente hacia las letras.
He elegido el camino de la filología clásica pero,
desde siempre y para siempre, las letras no se toman en serio.
La gente que está en la rama de ciencias nos trata como auténticos inútiles y vagos,
es una especie de racismo escrito.
Yo no atento contra los números,
y estoy cansada de que las personas de ciencias tengan verdadera aversión a las letras,
a sus asignaturas y a los que las cursamos.
Y esto es porque los de letras hemos estudiado matemáticas,
pero los de ciencias no han estudiado latín,
y no se puede despotricar contra algo que no se conoce.
Y no solo somos burlados por alumnos,
sino también por profesores. Y por los altos cargos de la política,
que no están de acuerdo en que se dé griego en nuestro instituto, y lo acabarán suprimiendo.
Sin letras no hay cultura,
y sin cultura, las mezclas de los químicos,
los puentes de los arquitectos o los avances de los médicos
NO SIRVEN.
Nos merecemos el mismo respeto que nosotros tenemos hacia ellos.
Un saludo a todos aquellos científicos que valoran lo que hacemos
y saben lo que es la tolerancia.
miércoles, 17 de abril de 2013
Eco
Sí.
Tal vez podamos vivir en una de esas pequeñas burbujas de plástico,
donde el único sonido que exista sea tu voz,
y donde el eco no sea más que una risa que sale de tus labios
para terminar en mis ojos,
y así las palabras no puedan perderse en él.
Tal vez podamos vivir en una de esas pequeñas burbujas de plástico,
donde el único sonido que exista sea tu voz,
y donde el eco no sea más que una risa que sale de tus labios
para terminar en mis ojos,
y así las palabras no puedan perderse en él.
martes, 16 de abril de 2013
De baja por impaciencia
Yo no soy un pendejo, aunque lo publicites.
Yo juego al strip poker, tú solo al escondite.
Si no veo tus ojos en toda la semana
me dices que te olvide porque a ti te da la gana.
No sé quien echa sal a nuestros desencuentros,
me compensa el azúcar al que me saben tus besos.
Cuando te ahoga el llanto y acudes a mi encuentro,
yo me voy a la calle, déjalo para otro momento.
Se trata de gritarnos hasta romper los labios.
Ya no sé derretir el hielo de tu almohada.
Ya no sueles rozarme ni si quiera de pasada.
Solo dices te quiero después del vino tinto
y yo voy desistiendo de llevarte al infinito.
Ya no nos apretamos, ya no nos convencemos,
y lo de desnudarnos pasó a ser lo de menos.
Ya no pactamos sueños, ni viajes compartidos.
Ya no damos trabajo a ese idiota de Cupido.
Se trata de alejarnos reduciendo los daños.
Ya no sé que decir, opté por la callada.
Tú dices que el amor es una gran chorrada.
Y cada vez más lejos, estando tan cerca,
y cada vez más nada.
Ya no sé que decir, abrazado al silencio.
Tú dices que te aburro, que en las poesías miento.
Y cada vez más locos, estando tan cuerdos,
y cada vez más muertos.
Yo juego al strip poker, tú solo al escondite.
Si no veo tus ojos en toda la semana
me dices que te olvide porque a ti te da la gana.
No sé quien echa sal a nuestros desencuentros,
me compensa el azúcar al que me saben tus besos.
Cuando te ahoga el llanto y acudes a mi encuentro,
yo me voy a la calle, déjalo para otro momento.
Se trata de gritarnos hasta romper los labios.
Ya no sé derretir el hielo de tu almohada.
Ya no sueles rozarme ni si quiera de pasada.
Solo dices te quiero después del vino tinto
y yo voy desistiendo de llevarte al infinito.
Ya no nos apretamos, ya no nos convencemos,
y lo de desnudarnos pasó a ser lo de menos.
Ya no pactamos sueños, ni viajes compartidos.
Ya no damos trabajo a ese idiota de Cupido.
Se trata de alejarnos reduciendo los daños.
Ya no sé que decir, opté por la callada.
Tú dices que el amor es una gran chorrada.
Y cada vez más lejos, estando tan cerca,
y cada vez más nada.
Ya no sé que decir, abrazado al silencio.
Tú dices que te aburro, que en las poesías miento.
Y cada vez más locos, estando tan cuerdos,
y cada vez más muertos.
domingo, 14 de abril de 2013
Reflexión de mi pluma y de mi papel
Se ha empapado nuestra pluma en nuestro antojo de cambiar nuestra visión,
de tomar un camino paralelo, como una evasión furtiva.
Se ha empapado nuestra pluma, y es ciertamente una herejía
decir que asumimos y que escribimos poesía.
Existe, al parecer, un instante en la escritura
que olvida la página en blanco y que borra los tachones,
un verdadero aturdurdido segundo, una especie de trance,
que aparece misteriosamente y se evapora en silencio,
y al que violamos o al que hacemos poema.
Buscamos ese momento,
que enciende una llama que nos alumbra brevemente.
Es posible combatir el dolor con las palabras.
No es más que una leyenda, pero espero tocar con los dedos ese momento,
algunos segundos del poeta que escapan del espacio-tiempo,
los momentos raros e irreales que la paz mental inunda.
Sentimos como un corte en la vida, como un sueño.
Olvidamos los golpes duros de la vida, como una tregua.
Es un fenómeno poderoso, no te hablo de inspiración,
pero sí de un soplo más profundo, como una segunda respiración.
Vemos y oímos la tinta cobrando vida,
probamos y sentimos el sabor de una rima errante.
Tocamos con el dedo el momento que nos envuelve con su poder.
Es, sin cesar, el renacimiento de la misma esencia que nuestros cinco sentidos.
Es el momento cuando pasamos al otro lado de los paisajes,
simpatizamos con viento y tuteamos las nubes,
es de día en plena noche y es de noche en pleno día.
Aprovecha este instante, no durará para siempre.
Y no es más que una leyenda, pero espero tocar con los dedos ese momento.
Algunos segundos del poeta, que escapan a su precario entendimiento.
El momento en el que el velo se levanta
y la magia vuela hacia dónde corrí tras un sexto silencio.
Si no hemos alcanzado el nirvana, debemos de estar en su umbral.
Sin embargo, estoy simplemente sentada delante de mi hoja.
Posiblemente, ese momento no exista más que en mi desdichada mente
y que sea completamente mitómana cuando escribo.
Pero dejo mi pluma, no hay manera de que me detenga.
Tengo antojo de escribir cómo tú tienes antojo de fumar,
y para quitarme este deseo te pediría volver a recordarme,
porque mientras pueda escribir, continuaré pensando.
No es más que una leyenda, pero espero tocar con los dedos ese momento,
algunos segundos del poeta que escapan del espacio-tiempo,
los momentos que redescubrimos, que conocemos más o menos.
Tú ya lo tocaste, soy testigo.
Se ha empapado nuestra pluma en nuestro antojo de cambiar nuestra visión,
de tomar un camino paralelo, como una evasión furtiva.
Se ha empapado nuestra pluma, y es ciertamente una herejía
decir que asumimos y que escribimos poesía.
de tomar un camino paralelo, como una evasión furtiva.
Se ha empapado nuestra pluma, y es ciertamente una herejía
decir que asumimos y que escribimos poesía.
Existe, al parecer, un instante en la escritura
que olvida la página en blanco y que borra los tachones,
un verdadero aturdurdido segundo, una especie de trance,
que aparece misteriosamente y se evapora en silencio,
y al que violamos o al que hacemos poema.
Buscamos ese momento,
que enciende una llama que nos alumbra brevemente.
Es posible combatir el dolor con las palabras.
No es más que una leyenda, pero espero tocar con los dedos ese momento,
algunos segundos del poeta que escapan del espacio-tiempo,
los momentos raros e irreales que la paz mental inunda.
Sentimos como un corte en la vida, como un sueño.
Olvidamos los golpes duros de la vida, como una tregua.
Es un fenómeno poderoso, no te hablo de inspiración,
pero sí de un soplo más profundo, como una segunda respiración.
Vemos y oímos la tinta cobrando vida,
probamos y sentimos el sabor de una rima errante.
Tocamos con el dedo el momento que nos envuelve con su poder.
Es, sin cesar, el renacimiento de la misma esencia que nuestros cinco sentidos.
Es el momento cuando pasamos al otro lado de los paisajes,
simpatizamos con viento y tuteamos las nubes,
es de día en plena noche y es de noche en pleno día.
Aprovecha este instante, no durará para siempre.
Y no es más que una leyenda, pero espero tocar con los dedos ese momento.
Algunos segundos del poeta, que escapan a su precario entendimiento.
El momento en el que el velo se levanta
y la magia vuela hacia dónde corrí tras un sexto silencio.
Si no hemos alcanzado el nirvana, debemos de estar en su umbral.
Sin embargo, estoy simplemente sentada delante de mi hoja.
Posiblemente, ese momento no exista más que en mi desdichada mente
y que sea completamente mitómana cuando escribo.
Pero dejo mi pluma, no hay manera de que me detenga.
Tengo antojo de escribir cómo tú tienes antojo de fumar,
y para quitarme este deseo te pediría volver a recordarme,
porque mientras pueda escribir, continuaré pensando.
No es más que una leyenda, pero espero tocar con los dedos ese momento,
algunos segundos del poeta que escapan del espacio-tiempo,
los momentos que redescubrimos, que conocemos más o menos.
Tú ya lo tocaste, soy testigo.
Se ha empapado nuestra pluma en nuestro antojo de cambiar nuestra visión,
de tomar un camino paralelo, como una evasión furtiva.
Se ha empapado nuestra pluma, y es ciertamente una herejía
decir que asumimos y que escribimos poesía.
sábado, 13 de abril de 2013
Cien grados
Acariciarte las palabras, acercarme a tu risa.
Reirte las lágrimas y llorarte las sonrisas.
Que con el revuelo de tus pestañas se me alborote el pelo
y que con la brisa de tu voz se me levante la falda.
Desabrocharte la camisa con mi gélida mentira
y volverte a dar calor con el fuego de mi nostalgia.
[Es extraño, estoy ardiendo]
Que con este sexo escrito pueda entretenerte,
satisfacerte,
beberme tu orgasmo.
[Buenas noches, mejores polvos]
Reirte las lágrimas y llorarte las sonrisas.
Que con el revuelo de tus pestañas se me alborote el pelo
y que con la brisa de tu voz se me levante la falda.
Desabrocharte la camisa con mi gélida mentira
y volverte a dar calor con el fuego de mi nostalgia.
[Es extraño, estoy ardiendo]
Que con este sexo escrito pueda entretenerte,
satisfacerte,
beberme tu orgasmo.
[Buenas noches, mejores polvos]
viernes, 12 de abril de 2013
Escape
La razón por la que nunca duerme
es porque piensa.
Sus libros,
su imaginación,
su vida.
Todos ellos rebotan en su cabeza.
[No sabe lo que la realidad es en realidad]
Y mientras su cuerpo reposa sobre su cama
y su cabeza descansa sobre la almohada,
su mente corre a través del cielo de la noche oscura,
con destino a la destrucción,
y con destino al infinito.
es porque piensa.
Sus libros,
su imaginación,
su vida.
Todos ellos rebotan en su cabeza.
[No sabe lo que la realidad es en realidad]
Y mientras su cuerpo reposa sobre su cama
y su cabeza descansa sobre la almohada,
su mente corre a través del cielo de la noche oscura,
con destino a la destrucción,
y con destino al infinito.
jueves, 11 de abril de 2013
Paciencia
Mi pasado vuelve cada noche,
invocando las memorias ahogadas en un
gin tonic, recordando entre mares
una fotografía que en tiempo pasado guardé
en el fondo del cajón de los calcetines,
lugar donde la magia se olvida y el
olvido se convierte en magia.
Retales de una debilidad convertida
toda en sadismo, haciendo
esclavos a los dueños y
ganando dos hostias por cada dos metros cuadrados de
orgullo tapizado.
invocando las memorias ahogadas en un
gin tonic, recordando entre mares
una fotografía que en tiempo pasado guardé
en el fondo del cajón de los calcetines,
lugar donde la magia se olvida y el
olvido se convierte en magia.
Retales de una debilidad convertida
toda en sadismo, haciendo
esclavos a los dueños y
ganando dos hostias por cada dos metros cuadrados de
orgullo tapizado.
No te engañes si te das cuenta,
te quiero más de lo que piensas.
miércoles, 10 de abril de 2013
Sus ojos serán del color del viento [REFLEXIÓN]
De hecho, hace ya un momento que se cruzan en mi cabeza
las palabras y las dulzuras que podrían hacer un poema.
Una cosa un poco diferente. Creo que habla de él.
Tengo que admitir que en mi vida diaria ha puesto un bello desorden.
Pero tengo una inusitada preocupación. Tengo miedo de que mis amigos se rían.
Me dicen que quedo en ridículo. Que parezco una inadaptada sentimental.
Es esta vergüenza misandria, creer que el orgullo se convierte en humo
cuando abres tu corazón, pero esta vez quiero asumirlo.
Tengo otro problema, puede que sea aún peor.
Es que no tienes derecho al error cuando escribes un poema de amor.
Me gustaría que los próximos mil versos fueran obuses.
Si escribo un poema sobre él, quiero que sea el más bonito del mundo.
Pero no se merece medio poema.
Pero tengo la presión.
Esto es una mierda.
Acabada de hacerme la interesante, con mis viajes en tren,
está lejos de ser evidente, no sé cómo se hace para describir los sentimientos
cuando se vive con un hada.
Tengo que admitir que tiene ojos, que ni siquiera están homologados.
A veces son de color verde, a veces son amarillos. Creo que por la noche hasta son violetas.
Cuando me sumerjo en su mirada, pierdo el la y no toco más el sol,
ni toco más el suelo.
Me pierdo profundamente, y olvido a propósito mi brújula.
Desde que lo conozco, siento cosas alucinantes.
A menudo me digo que tuve suerte de haberle gustado,
si no jamás hubiera sabido que una risa podía hacer que la Tierra dejase de girar.
Jamás hubiera sabido que una mirada podía vestir mis días.
No entiendo del todo lo que sucede, y hay demasiadas cosas incoherentes,
ya que aquí no ha cambiado nada, pero es todo diferente.
Me aporta demasiado desorden, por lo que la estabilidad que yo prefiero es su fuerza,
aunque sea mejor su fragilidad.
Esto no es ningún relato nuevo, esto no es solo un poema.
A veces a él le gustan mis palabras, pero esta vez es él el que le gusta a ellas.
Tengo en mi cabeza como una melodía, entonces mis deseos bailan.
En nuestra historia no hay nada escrito, pero todo suena como una evidencia.
Redescubrí cómo esto recalienta el tener sentimientos,
pero si me dices que es mucho mejor vivir sin ellos, mientes.
Así que los puse en palabras, y lástima si mis amigos me encierran en un cuarto.
No me importa, en mi casa hay un elfo que duerme en mi habitación.
Tenía una vida de gato salvaje, y él la redujo a cenizas, y yo descubrí una felicidad muy simple.
No calculamos los demonios del pasado, no tenemos miedo de ellos.
Hay risas y suspiros, risas locas que están muriendo.
Podemos abrirnos y enrojecernos, alimentarnos de nuestros recuerdos.
Las trampas del futuro nos esperan, pero no tenemos miedo de ellas.
Si es cierto que las palabras son la voz de la emoción,
la mía toman la palabra para mostrarnos su dirección.
Dejé el puerto por un AVE, el palacio lujoso de RENFE.
Nos dirigimos a 300 kilómetros por hora, por encima del mar, en primera clase.
las palabras y las dulzuras que podrían hacer un poema.
Una cosa un poco diferente. Creo que habla de él.
Tengo que admitir que en mi vida diaria ha puesto un bello desorden.
Pero tengo una inusitada preocupación. Tengo miedo de que mis amigos se rían.
Me dicen que quedo en ridículo. Que parezco una inadaptada sentimental.
Es esta vergüenza misandria, creer que el orgullo se convierte en humo
cuando abres tu corazón, pero esta vez quiero asumirlo.
Tengo otro problema, puede que sea aún peor.
Es que no tienes derecho al error cuando escribes un poema de amor.
Me gustaría que los próximos mil versos fueran obuses.
Si escribo un poema sobre él, quiero que sea el más bonito del mundo.
Pero no se merece medio poema.
Pero tengo la presión.
Esto es una mierda.
Acabada de hacerme la interesante, con mis viajes en tren,
está lejos de ser evidente, no sé cómo se hace para describir los sentimientos
cuando se vive con un hada.
Tengo que admitir que tiene ojos, que ni siquiera están homologados.
A veces son de color verde, a veces son amarillos. Creo que por la noche hasta son violetas.
Cuando me sumerjo en su mirada, pierdo el la y no toco más el sol,
ni toco más el suelo.
Me pierdo profundamente, y olvido a propósito mi brújula.
Desde que lo conozco, siento cosas alucinantes.
A menudo me digo que tuve suerte de haberle gustado,
si no jamás hubiera sabido que una risa podía hacer que la Tierra dejase de girar.
Jamás hubiera sabido que una mirada podía vestir mis días.
No entiendo del todo lo que sucede, y hay demasiadas cosas incoherentes,
ya que aquí no ha cambiado nada, pero es todo diferente.
Me aporta demasiado desorden, por lo que la estabilidad que yo prefiero es su fuerza,
aunque sea mejor su fragilidad.
Esto no es ningún relato nuevo, esto no es solo un poema.
A veces a él le gustan mis palabras, pero esta vez es él el que le gusta a ellas.
Tengo en mi cabeza como una melodía, entonces mis deseos bailan.
En nuestra historia no hay nada escrito, pero todo suena como una evidencia.
Redescubrí cómo esto recalienta el tener sentimientos,
pero si me dices que es mucho mejor vivir sin ellos, mientes.
Así que los puse en palabras, y lástima si mis amigos me encierran en un cuarto.
No me importa, en mi casa hay un elfo que duerme en mi habitación.
Tenía una vida de gato salvaje, y él la redujo a cenizas, y yo descubrí una felicidad muy simple.
No calculamos los demonios del pasado, no tenemos miedo de ellos.
Hay risas y suspiros, risas locas que están muriendo.
Podemos abrirnos y enrojecernos, alimentarnos de nuestros recuerdos.
Las trampas del futuro nos esperan, pero no tenemos miedo de ellas.
Si es cierto que las palabras son la voz de la emoción,
la mía toman la palabra para mostrarnos su dirección.
Dejé el puerto por un AVE, el palacio lujoso de RENFE.
Nos dirigimos a 300 kilómetros por hora, por encima del mar, en primera clase.
lunes, 8 de abril de 2013
Mentiras y adiós
Querida crisis de identidad, de razón,
de amor, de físico,
de paz, de tranquilidad,
de mi verdad, de mi mentira,
de lujuria, de arrogancia,
llevamos muchos años juntas, y creo que es hora de que te deje.
Por cuantiosos motivos.
Acompañaste demasiados años siendo un cargante lastre para mi vida,
y últimamente me pesas demasiado.
Hoy me he dado cuenta, tras sufrirte una vez más, que la vida es como un globo,
y nosotros pendemos del hilo que le cuelga al final.
Junto a nuestra espalda llevamos una pesada carga, una pesada carga que todo lo puede,
que nos sube y nos baja a su antojo,
pero depende de nosotros, por muy mal que lo veamos, desprendernos de ella.
Y firmemente te digo que quizá hoy no, ni mañana,
pero poquito a poco
[o vodka tras vodka]
me voy a ir deshaciendo de ti,
para tocar con la punta de los dedos ese cielo eterno que te prometen en innumerables películas.
Para ponerle un punto y siempre seguido a esta conversación,
te diré que espero que me des un respiro, que me agobias,
que me haces caer demasiado rápido, y eso no me va bien.
Creo que he desarrollado vértigo agudo a tu costa.
Sé que nos volveremos a ver, y también tengo claro que aún no me vas a soltar,
por lo que te pido que de momento me des paz, que con eso me vale. Paz, calma y silencio.
Pero no silencio de no oir nada.
No.
Silencio de soledad. De despedirme de todos con un "hasta nunca" y una alígera sonrisa.
Un cuitado saludo.
de amor, de físico,
de paz, de tranquilidad,
de mi verdad, de mi mentira,
de lujuria, de arrogancia,
llevamos muchos años juntas, y creo que es hora de que te deje.
Por cuantiosos motivos.
Acompañaste demasiados años siendo un cargante lastre para mi vida,
y últimamente me pesas demasiado.
Hoy me he dado cuenta, tras sufrirte una vez más, que la vida es como un globo,
y nosotros pendemos del hilo que le cuelga al final.
Junto a nuestra espalda llevamos una pesada carga, una pesada carga que todo lo puede,
que nos sube y nos baja a su antojo,
pero depende de nosotros, por muy mal que lo veamos, desprendernos de ella.
Y firmemente te digo que quizá hoy no, ni mañana,
pero poquito a poco
[o vodka tras vodka]
me voy a ir deshaciendo de ti,
para tocar con la punta de los dedos ese cielo eterno que te prometen en innumerables películas.
Para ponerle un punto y siempre seguido a esta conversación,
te diré que espero que me des un respiro, que me agobias,
que me haces caer demasiado rápido, y eso no me va bien.
Creo que he desarrollado vértigo agudo a tu costa.
Sé que nos volveremos a ver, y también tengo claro que aún no me vas a soltar,
por lo que te pido que de momento me des paz, que con eso me vale. Paz, calma y silencio.
Pero no silencio de no oir nada.
No.
Silencio de soledad. De despedirme de todos con un "hasta nunca" y una alígera sonrisa.
Un cuitado saludo.
Atentamente y nunca más tuya, la verdad de mi mentira.
domingo, 7 de abril de 2013
¿Las oyes?
El más dulce hechizo llamando a las almas atormentadas a unirse al festín, a la sensación del fin.
Del más absoluto final.
De que nada importa bailando en este ritual de flores y tormentos.
De que nada es importante salvo seguir bailando hasta el final.
O morir en el intento.
¿Qué misteriosa voz encierra la noche para perturbar tu mente?
¿Qué misteriosa voz encierra la noche, que al soplar el viento perturba mi mente y arrulla mi soledad?
La gélida y aterciopelada voz de la bien amada, que con sus palabras susurrantes en mi oído hace de mis pesadillas un delicado y amargo suspiro.
Esa es la voz de mis sueños, la que permanece en un total mutismo en mi interior, y que espera ser liberada a través de un grito.
[¡Si al menos hubiese oído esa voz...!]
Voces venidas del averno, que vuelven para hacer delirar a las criaturas de este mundo sin sentido.
¿Las oyes?
Palabra.
La misma que viene entre espacios en blanco, deletreando fonemas del significante escuchado.
En paquetes de palabras nacidas del olvido, removiendo lo sencillo, en un juego enloquecedor de sentidos.
Solo tengo vagas voces, clamando su presencia.
No perturba solo mi mente. También mi corazón.
Su voz es lo que he anhelado escuchar por tanto tiempo.
Sin embargo, solo me da el placer de leer de su pluma fina sus ideas plasmadas en papel quemado.
[Envuelta en la locura que me hace ansiarte.]
sábado, 6 de abril de 2013
Espejismo del tiempo
A veces, aferrarnos al dolor hace que veamos las cosas más claras.
Nos hace construirnos verdades, aunque éstas sean una mentira.
Nos obliga a seguir adelante, convenciéndonos de que aún tenemos un motivo.
El dolor engaña, como nos engañó la cruz cristiana durante tantos siglos.
Pero sí, es cierto que nos regala adornos pasajeros y fortifica nuestra memoria.
¡La melancolía que tanto hace por los libros!
Sufrir, no nos confundamos, puede ser tanto una tortura como una compañía.
Y es que ahí radica la mentira de su engaño, en que en verdad solo queda el recuerdo
La verdad solo es una visión.
Un espejismo perpetrado en el tiempo.
Si queréis compañía, no la busquéis en vuestra memoria.
Nos hace construirnos verdades, aunque éstas sean una mentira.
Nos obliga a seguir adelante, convenciéndonos de que aún tenemos un motivo.
El dolor engaña, como nos engañó la cruz cristiana durante tantos siglos.
Pero sí, es cierto que nos regala adornos pasajeros y fortifica nuestra memoria.
¡La melancolía que tanto hace por los libros!
Sufrir, no nos confundamos, puede ser tanto una tortura como una compañía.
Y es que ahí radica la mentira de su engaño, en que en verdad solo queda el recuerdo
La verdad solo es una visión.
Un espejismo perpetrado en el tiempo.
Si queréis compañía, no la busquéis en vuestra memoria.
viernes, 5 de abril de 2013
Tan lejos de ti teniéndote tan cerca
Tu mirada perpleja se mezcla con el frío de la tristeza.
Un corazón herido buscando borrar las huellas que le impuso
su destino, y por más que intento arrancar de tus labios
una palabra, no consigo sacarte de la nada.
Si las risas llegaran y cada duda de ti se desplegara,
si tan solo adentraras en mi mirada y en lo mas profundo
de mi corazón te quedaras...
Me hace falta tu alegría en esta noche, densa y vacía.
Sigues callado, hundido en la melancolía, necesitas un abrazo
y yo quiero tu compañía, la distancia es evidente, aun teniéndote tan cerca,
y te me escapas, como una hoja libre al viento.
Mientras te ausentas, mi corazón se seca, las sonrisas
me abandonan y mi alma lejos de ti llora.
Desnudando sueños mientras llega la mañana, tan deseada,
caprichos de la vida como tú y como yo,
sentimientos vagabundos murmuran, queriendo revelar
cada uno de mis secretos aunque nunca sabrás el nombre
de quien vive en mis pensamientos.
Un corazón herido buscando borrar las huellas que le impuso
su destino, y por más que intento arrancar de tus labios
una palabra, no consigo sacarte de la nada.
Si las risas llegaran y cada duda de ti se desplegara,
si tan solo adentraras en mi mirada y en lo mas profundo
de mi corazón te quedaras...
Me hace falta tu alegría en esta noche, densa y vacía.
Sigues callado, hundido en la melancolía, necesitas un abrazo
y yo quiero tu compañía, la distancia es evidente, aun teniéndote tan cerca,
y te me escapas, como una hoja libre al viento.
Mientras te ausentas, mi corazón se seca, las sonrisas
me abandonan y mi alma lejos de ti llora.
Desnudando sueños mientras llega la mañana, tan deseada,
caprichos de la vida como tú y como yo,
sentimientos vagabundos murmuran, queriendo revelar
cada uno de mis secretos aunque nunca sabrás el nombre
de quien vive en mis pensamientos.
martes, 2 de abril de 2013
Es clase de poesía básica
Así que te has pasado al bando de la rima. De los versos de autoayuda para poetas de taberna y bragueta suelta.
Quien no quiere no recuerda. Quiero que abras mas los ojos y menos la bragueta.
Se suelen ver cosas más interesantes con los ojos cerrados. Mira hacia dentro y comprende el mundo.
Se curan heridas y se encuentran salidas.
Siempre ayuda la poesía.
Supongo que por eso he empezado a escribir.
¿Y te ha ayudado?
Hay días que me saca a la luz. Hay días que me hunde.
Siempre relajan, un boli BIC, un cuaderno y la soledad. Tú, la oscuridad y el ínfimo calor de una vela, que sigue viva y sóla.
¿Y si es esa vela la que va quemando el cuaderno de mi poesía, que se derrite y cae sobre las letras de mi BIC?
Será porque no has sabido mantener alejado tu reducto irreducible de calor de tus versos.
Y si la apago me quedo sin ver el papel. Me quedo en la oscuridad.
No hay que apagarla. Hay que meterla en un frasco y mantenerla a cierta distancia. Por eso los poemas resultan fríos.
Y los poemas que resultan están manchados de cera. Así que ya moveré esa vela.
Quien no quiere no recuerda. Quiero que abras mas los ojos y menos la bragueta.
Se suelen ver cosas más interesantes con los ojos cerrados. Mira hacia dentro y comprende el mundo.
Se curan heridas y se encuentran salidas.
Siempre ayuda la poesía.
Supongo que por eso he empezado a escribir.
¿Y te ha ayudado?
Hay días que me saca a la luz. Hay días que me hunde.
Siempre relajan, un boli BIC, un cuaderno y la soledad. Tú, la oscuridad y el ínfimo calor de una vela, que sigue viva y sóla.
¿Y si es esa vela la que va quemando el cuaderno de mi poesía, que se derrite y cae sobre las letras de mi BIC?
Será porque no has sabido mantener alejado tu reducto irreducible de calor de tus versos.
Y si la apago me quedo sin ver el papel. Me quedo en la oscuridad.
No hay que apagarla. Hay que meterla en un frasco y mantenerla a cierta distancia. Por eso los poemas resultan fríos.
Y los poemas que resultan están manchados de cera. Así que ya moveré esa vela.
[Conversación real inspirada y semiescrita
con colaboración de Mío Sharp]
lunes, 1 de abril de 2013
¿Puedo ya?
—Podrías haberte gastado un poco más de dinero y alquilarme una bañera con velas en vez del cuarto de las escobas.
—Anda, si a ti esas cursiladas no te gustan.
—¿Cómo que no? A ver, que el "aquí te pillo, aquí te mato" de vez en cuando está bien, pero podrías currártelo un poquito más. No sé, como mínimo podrías saludarme antes de meterme mano.
—Eh... Hola, ¿qué tal?
—Bien, muy bien, ¿y tú?
—Calentito. ¿Te puedo levantar ya la falda?
—Anda, si a ti esas cursiladas no te gustan.
—¿Cómo que no? A ver, que el "aquí te pillo, aquí te mato" de vez en cuando está bien, pero podrías currártelo un poquito más. No sé, como mínimo podrías saludarme antes de meterme mano.
—Eh... Hola, ¿qué tal?
—Bien, muy bien, ¿y tú?
—Calentito. ¿Te puedo levantar ya la falda?
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