miércoles, 10 de abril de 2013

Sus ojos serán del color del viento [REFLEXIÓN]

De hecho, hace ya un momento que se cruzan en mi cabeza
las palabras y las dulzuras que podrían hacer un poema.

Una cosa un poco diferente. Creo que habla de él.
Tengo que admitir que en mi vida diaria ha puesto un bello desorden.
Pero tengo una inusitada preocupación. Tengo miedo de que mis amigos se rían.
Me dicen que quedo en ridículo. Que parezco una inadaptada sentimental.
Es esta vergüenza misandria, creer que el orgullo se convierte en humo
cuando abres tu corazón, pero esta vez quiero asumirlo.

Tengo otro problema, puede que sea aún peor.
Es que no tienes derecho al error cuando escribes un poema de amor.
Me gustaría que los próximos mil versos fueran obuses.
Si escribo un poema sobre él, quiero que sea el más bonito del mundo.
Pero no se merece medio poema.
Pero tengo la presión.
Esto es una mierda.

Acabada de hacerme la interesante, con mis viajes en tren,
está lejos de ser evidente, no sé cómo se hace para describir los sentimientos
cuando se vive con un hada.

Tengo que admitir que tiene ojos, que ni siquiera están homologados.
A veces son de color verde, a veces son amarillos. Creo que por la noche hasta son violetas.
Cuando me sumerjo en su mirada, pierdo el la y no toco más el sol,
ni toco más el suelo.
Me pierdo profundamente, y olvido a propósito mi brújula.

Desde que lo conozco, siento cosas alucinantes.
A menudo me digo que tuve suerte de haberle gustado,
si no jamás hubiera sabido que una risa podía hacer que la Tierra dejase de girar.
Jamás hubiera sabido que una mirada podía vestir mis días.

No entiendo del todo lo que sucede, y hay demasiadas cosas incoherentes,
ya que aquí no ha cambiado nada, pero es todo diferente.
Me aporta demasiado desorden, por lo que la estabilidad que yo prefiero es su fuerza,
aunque sea mejor su fragilidad.
Esto no es ningún relato nuevo, esto no es solo un poema.
A veces a él le gustan mis palabras, pero esta vez es él el que le gusta a ellas.
Tengo en mi cabeza como una melodía, entonces mis deseos bailan.
En nuestra historia no hay nada escrito, pero todo suena como una evidencia.

Redescubrí cómo esto recalienta el tener sentimientos,
pero si me dices que es mucho mejor vivir sin ellos, mientes.
Así que los puse en palabras, y lástima si mis amigos me encierran en un cuarto.
No me importa, en mi casa hay un elfo que duerme en mi habitación.
Tenía una vida de gato salvaje, y él la redujo a cenizas, y yo descubrí una felicidad muy simple.
No calculamos los demonios del pasado, no tenemos miedo de ellos.
Hay risas y suspiros, risas locas que están muriendo.
Podemos abrirnos y enrojecernos, alimentarnos de nuestros recuerdos.
Las trampas del futuro nos esperan, pero no tenemos miedo de ellas.

Si es cierto que las palabras son la voz de la emoción,
la mía toman la palabra para mostrarnos su dirección.
Dejé el puerto por un AVE, el palacio lujoso de RENFE.
Nos dirigimos a 300 kilómetros por hora, por encima del mar, en primera clase.


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